divendres, 15 d’octubre del 2010

Risas, risas y más risas

Durante los días 1, 2 y 3 de Octubre tuvo lugar, en el Teatre Coliseum de Barcelona, La Apoteosis necia, un gran espectáculo cómico representado por el humorista Berto Romero.


La función tuvo cabida únicamente el primer fin de semana de octubre (viernes, sábado y domingo) y el resultado de esto fue la inexistencia de algún asiento vacío entre las butacas al inicio del espectáculo, creando así un ambiente cálido por todos los que esperaban ansiosamente la aparición del humorista.



Tras poner un pie en el escenario, Berto se pudo alimentar de la gran cantidad de aplausos y al abrir la boca por primera vez,  de una gran sonoridad de risas colectivas.



La función tenia una duración prevista de dos horas, a lo que, habituados a ver a Berto como colaborador del programa Buenafuente, uno se podía preguntar como llenaría un escenario tanto rato en solitario. A excepción de su guitarrista y una colaboración del músico Joan Eloy , así es como se mostró Berto ante el escenario durante el espectáculo,  solo. El decorado era totalmente neutro, el escenario no gozaba de ningún tipo de atrezzo y el vestuario de Berto y su guitarrista tampoco era llamativo. No obstante, Berto lo vale por si solo y en ningún momento de la función, se echó de menos ninguna intervención.


Así que, en conclusión, el público, mediante risas y aplausos, demostró haber disfrutado de ver a Berto Romero bailar, cantar, imitar a personajes (reales i ficticios), parodiar ciertos roles sociales, ironizar la religión, etc. A pesar de todo, en mi opinión, de lo que más se pudo gozar es de la magnífica actuación de Berto como actor, a la vez que humorista, y de contemplar que una persona no necesita más que un público para llenar un escenario entero.


Si tuviese que poner algún inconveniente, criticaría ligeramente la actitud de los espectadores. La predisposición a reír fue tan magna que, en ocasiones, se escuchaba una extremo clamor hecho con risas, que llegaba a interrumpir la función.

En conclusión, los espectadores de La Apoteosis Necia, pudieron disfrutar de una fantástica sesión de risoterapia.




Marta Mejias