divendres, 18 de novembre del 2011

Sequia

La deforestación en toda la cuenca del río Amazonas, considerada el gran pulmón del mundo, es peor de lo que se creía hasta ahora, según un estudio que publica la revista Science. Las actividades humanas están degradando la selva amazónica al doble del ritmo estimado previamente.

Considerada la cuenca fluvial más grande del mundo, la región amazónica es un gigantesco ecosistema de selvas tropicales sobre una extensión de 7 millones de kilómetros cuadrados.

También se le considera como la reserva biológica más rica del mundo, con millones de especies de insectos, plantas, pájaros y otras formas de vida, muchas de las cuales todavía no han sido registradas por la ciencia. Pero más allá de eso, la cuenca es la que regula el clima de casi toda América del Sur y sus árboles son los grandes procesadores de dióxido de carbono y suministradores de oxígeno.



La investigación, realizada por científicos de la Institución Carnegie, de Washington, señala que esa riqueza está bajo amenaza y que el principal factor de la deforestación es la tala indiscriminada de árboles, a lo que se han sumado ahora las actividades de la industria maderera en la región.

Hasta ahora, los métodos basados en las imágenes proporcionadas por satélites sólo detectaban las extensiones de terrenos en las que los árboles habían sido talados para dar espacio a las granjas o los pastizales.



Sin embargo, un nuevo método de imagen por satélite desarrollado por los científicos de la Institución Carnegie, encabezados por Gregory Asner, ha logrado determinar niveles más precisos de la deforestación amazónica.



Ver Amazonas en un mapa más grande

Fauna

Cryptic deforestation

Desforestación amazónica (Fuente: J. C. Winnie)
While clear-cuts and burn-offs are readily detectable by conventional satellite analysis, selective logging is masked by the Amazon's extremely dense forest canopy. "We've been working for eight years to develop analytical techniques that can detect this very cryptic form of deforestation," Asner says. "Using satellite data, we developed a model that detects the physical changes to the forest. We started to have success about three years ago at a scale of about 200 hundred square miles. This was the first solid, quantitative detection of logging-related damage to forest canopies."

By late 2004, the research team had refined its technique into a sophisticated remote-sensing technology called the Carnegie Landsat Analysis System (CLAS), which processes data from three NASA satellites—Landsat 7, Terra and Earth Observing 1—through a powerful supercomputer equipped with new pattern-recognition approaches designed by Asner and his staff.

"Each pixel of information obtained by the satellites contains detailed spectral data about the forest," Asner explains. "For example, the signals tell us how much green vegetation is in the canopy, how much dead material is on the forest floor and how much bare soil there is. Extracting those data has been a Holy Grail of remote sensing. With CLAS, we've been able to obtain a spatial resolution of 98 feet by 98 feet for the Brazilian Amazon Basin. That's huge."


Selective logging causes widespread destruction of Brazil's Amazon rainforest, study finds

El Amazonas (Fuente: New 7 Wonders)
Selective logging—the practice of removing one or two trees and leaving the rest intact—is often considered a sustainable alternative to clear-cutting, in which a large swath of forest is cut down, leaving little behind except wood debris and a denuded landscape.

A new satellite survey of the Amazon Basin in Brazil reveals that every year unregulated selective logging of mahogany and other hardwoods destroys an area of pristine rainforest big enough to cover the state of Connecticut. The survey, published in the Oct. 21 issue of the journal Science, was made possible because of a new.

"With this new technology, we are able to detect openings in the forest canopy down to just one or two individual trees," says Carnegie scientist Gregory Asner, lead author of the Science study and assistant professor, by courtesy, in the Stanford University Department of Geological and Environmental Sciences. "People have been monitoring large-scale deforestation in the Amazon with satellites for more than two decades, but selective logging has been mostly invisible until now."

Mark Shwartz

Nueva estrategia de captación de imágenes


Tala de árboles en el Amazonas (Fuente: Deforestacionamazonascongo10)

Un nuevo método de imagen por satélite desarrollado por los científicos de la Institución Carnegie, encabezados por Gregory Asner, ha logrado determinar niveles más precisos de la deforestación amazónica. El método llamado Sistema de Análisis Carnegie Landsat permitió a los científicos identificar muchas zonas donde la floresta tropical ha sido reducida a través de lo que calificó como "una tala selectiva".

En este tipo de deforestación sólo se cortan ciertas especies de árboles comercializables y los troncos se transportan a los aserraderos ubicados fuera del campo. Para detectar y cuantificar ese tipo de árboles, en los cinco estados madereros más importantes de la Amazonía brasileña, los investigadores aplicaron el sistema que les permite analizar cada uno de los píxel de la imagen producida por tres satélites. A través de ese análisis lograron determinar el porcentaje de tierra con floresta y sin floresta dentro de cada punto de la imagen.

Los investigadores señalaron que entre 1999 y 2002, la tala selectiva añadió entre 60 y 128% más de área de floresta dañada a lo que se había informado hasta entonces. Según los autores, el volumen total de árboles talados representa entre 10 y 15 millones de toneladas métricas de carbono retirado del ecosistema.




 Fuente: El País

El Amazonas

La deforestación en toda la cuenca del río Amazonas, considerada el gran pulmón del mundo, es peor de lo que se creía hasta ahora. Fundamentalmente, porque las actividades humanas están degradando la selva amazónica al doble del ritmo estimado previamente. Así al menos lo indica un estudio realizado por científicos de la Institución Carnegie de Washington y que este jueves ha publicado la revista Science.

Considerada la cuenca fluvial más grande del mundo, la región amazónica es un gigantesco ecosistema de selvas tropicales sobre una extensión de 7 millones de kilómetros cuadrados. También se le considera como la reserva biológica más rica del mundo, con millones de especies de insectos, plantas, pájaros y otras formas de vida, muchas de las cuales todavía no han sido registradas por la ciencia.

(Fuente: El País)